martes, 13 de octubre de 2015

"El quimérico inquilino": El eterno retorno... de Polanski

(Un análisis sobre la causa de locura en El quimérico inquilino)

Una vez más, Polanski nos muestra un personaje viviendo una situación límite que le desborda y que le pone frente a la locura. En las otras pelis del ciclo, las protagonistas han tenido que reaccionar ante una apuntada violación por parte del padre, una ocupación de su vientre para alojar la semilla del diablo y por último, una “paternal” violación que genera una hija-hermana. Unos personajes perderán absolutamente el control de sus vidas, como sucede en Repulsión y en El quimérico inquilino, otra protagonista recuperará el control  gracias al omnipotente amor de madre, y por último, en Chinatown, lo que le será arrebatado, en la escena final, es la vida en su lucha frente al Monstruo.


Esta película presenta 2 novedades frente a las restantes: la primera salta a la vista, pero tiene trampa. Por primera vez, el personaje atormentado es un hombre. Claro que para no romper con su tradición feminicida, la locura se disparará cada vez que el protagonista se reconoce como Simone Choule, la mujer que se suicidó en el apartamento que acaba de alquilar. La segunda, constituye el tema central de este análisis: ¿existe realmente una causa conocida que ponga a Trelkovski frente a la locura? Aquí no hay violaciones ni reales ni tan siquiera apuntadas, ni tampoco semillas del diablo. Lo que sí es claro es la evolución de un hombre absolutamente anodino y sin iniciativa alguna, de vida tan carente de interés (somete al espectador, al menos a mí, a una dura lucha por no caer ante el deseo de dejar de ver esa insustancial primera hora en la que no pasa nada). ¿Seguro que nada sucede? Van surgiendo pequeñísimos detalles que explican el tránsito al nuevo estado de personalidad del protagonista: al visitar el deseado piso, lo primero que le dice la portera y, además le muestra con todo lujo de detalles, es cómo se suicidó la anterior inquilina; el grito de pánico de Simone en el hospital, a la que ha ido a ver para comprobar si le queda mucho para poder habitar el deseado apartamento; el encuentro ante el vestido de Simone mientras está colocando sus pertenencias de él, una vez que ha conseguido alquilar el apartamento; la media de Simone que aparece tras el sofá, en la fiesta de inauguración del piso, un cajón lleno de pertenencias de la antigua inquilina; una postal dirigida a ella y que él lee con avidez, el encuentro ante los amigos de ella…. En fin, que la presencia de Simone va tomando preponderancia en la personalidad de Trelkovski.

Pero ¿cuál es la causa de este salto de personalidad? Como dice el protagonista “¿Cuál es el preciso momento en que una persona deja de ser quien cree que es?”. ¿Existe una causa externa? ¿Serán los vecinos con sus continuos acosos, intromisiones en su vida privada a modo de una confabulación cuál Comunidad de Álex de la Iglesia? Trelkovski llega a declarar su envidia ante la falta de vecinos en la casa del amigo rico de Stella. No obstante esta causa queda rápidamente descartada por cuanto Polanski nos va a mostrar varias escenas en las que queda claro que estos agresivos comportamientos vecinales no son más que alucinaciones de Trelkovski (la autoagresión al entrar al portal y que él interpreta como un ataque de una vecina; el vendedor que acude a la casa-refugio de Stella y que él identifica como el Señor Zy; los amables ancianos que le han atropellado por cruzar sin mirar, y que él los confunde con sus vecinos que quieren matarle….) En fin, que Polanski nos deja claro que los vecinos, con su excesivo celo, no son más que unos entrometidos que molestan, y ¿Habrá entonces una causa interna para explicar esta evolución? Podríamos suponer que un hombre sin personalidad alguna (los compañeros de trabajo le muestran cómo hay que marcar a los vecinos para imponer la voluntad propia, y sin embargo son los vecinos los que una y otra vez le llevan por donde quieren ellos; un hombre que, tras la aventura sexual con Stella, interrumpida en el cine, se despide de ella con un apocado hasta otra, quizá volvamos a vernos, ignorando su calentón de unos minutos antes; en el bar siempre consume lo que le dice el camarero y no lo que a él le gusta….) va encontrándose en el apartamento con una presencia muy marcada, la de Simone. El salto de ella al vacío, la visita al hospital y todos los pequeños detalles de Simone que van surgiendo, hacen que poco a poco, vaya llenando esa ausencia suya de personalidad, con la identidad de Simone. Pero ella se ha suicidado y nadie, ni vecinos ni amigos, dan razón de la causa. Trelkovski, para poder sentirse plenamente Simone y poder superar esa ¿enfermedad? de ausencia de Ser, va creando una historia que necesariamente ha de conducir al suicidio. Y tan fuerte es la identificación, que como no ha conseguido matarse en el primer salto, arrastrándose sube de nuevo las escaleras y vuelve a tirarse nuevamente desde la ventana. Y remata Polanski con la escena final en el hospital en la que Trelkovski-Simone, todo momificado, se ve a sí mismo hablando con Stella.


¿Pero podríamos afirmar 100% que es un hombre sin personalidad? Hay muestras de su afirmación cuando se niega a firmar la queja contra una ruidosa vecina, pese a que la vieja le anuncia, con malos modos, que él es el único que falta; o también cuando echa a sus amigos del piso pese a que ellos quieren seguir armando jaleo y molestando al vecindario. Entonces ¿qué es lo que le pasa para perder el control de su vida? Aquí cobra sentido una explicación intermedia, que contempla a la vez lo externo y lo interno: Trelkovski es un hombre que sí que tiene personalidad, pero se siente extraño en su entorno. Él es un extranjero, que pese a sus papeles de ciudadano francés, no se siente plenamente acogido.  Él cederá una y otra vez con la intención de adaptarse. Pero está marcado por su condición de emigrante y será su ansia por ser aceptado, el renunciar una y otra vez a sí mismo, lo que le llevará a la locura. Esta barrera infranqueable queda claramente expuesta en dos escenas de la peli: la primera es cuando acude a comisaría para denunciar los ataques de sus vecinos y el comisario lo que le dice es que sus vecinos le han denunciado numerosas ocasiones a él por sus comportamientos incívicos. Y el comisario niega la confianza a la versión de Trelkovski por su condición de extranjero. A lo que él responderá que él es ciudadano francés de pleno derecho y para ello enseña sus papeles legales, pero el comisario no le considera y lo que hace es mandarle a actualizar sus documentos pues están en mal estado de conservación. Y la segunda ocasión, mucho más explícita que el anterior ejemplo, sucede en el entierro de Simone Choule, donde ha acudido Trelkovski y escucha con malestar creciente el sermón del cura “El Señor ha acogido a Simone Choule en su seno como el pastor reúne a su rebaño al final de la jornada. ¿Hay algo más natural, que consuele más? ¿No es una gran esperanza reunirnos algún día con ese rebaño sagrado? Cara a cara con Dios Todopoderoso, que se digna a bajar su mirada a nosotros, pobres mortales, rebosante de amor y misericordia, a los enfermos, a los que sufren, a los que agonizan” En este momento, comienza a sonar una música “agitada” y tiene lugar la primera alucinación de Trelkovski, pasando a ver un Cristo crucificado comido por los gusanos y oyendo lo siguiente en boca del cura “Polvo eres y en polvo te convertirás. Sólo quedarán los huesos y los gusanos acabarán con sus ojos, sus labios y su boca. Penetrarán en sus orejas y por su nariz. Se pudrirán los lugares más recónditos de su cuerpo, produciendo un fétido hedor. Cristo ha ascendido a los cielos, para unirse a los ángeles en las alturas. Pero no con criaturas como usted, llena de los peores vicios, que sólo buscan la satisfacción carnal ¿Cómo osa molestarme y mofarse en mi propia cara? Qué atrevimiento ¿Qué hace en mi templo? Tendría que estar en el cementerio. Apestarás como un cuerpo putrefacto al borde del camino. En verdad os digo que nunca entraréis en mi reino”.

Gonzalo

2 comentarios:

  1. Jesús, hice un esfuerzo por transcribir al texto escrito los silencios y las entonaciones de la lectura que realicé. Por ello puse colores, interrogaciones múltiples, tipos y tamaños de letras.
    ¿No admite el blog el juego con los formatos?

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  2. Sí, se puede, pero no soy partidario de ello. El resultado parecería un arcoiris.

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