domingo, 20 de septiembre de 2015

"Repulsión": Roman Polanski y las mujeres que no hacen su destino

La protagonista de Repulsión nunca cantará con Alaska aquello de:
 
"Sin dudar, iré a buscar,
quiero encontrar, sí, 
un hombre de verdad. “

El motivo no es que Carol sea belga y viva en Londres. La razón es que huye de los hombres. Siente invadido su espacio personal por los que la rodean (los que  encuentra en la calle, el novio de su hermana, su casero …) y se siente amenazada por ellos (curioso que nunca intente acabar con su vecina fisgona). La intimida incluso su primo enamorado, hasta el punto de que cuando él le declara su amor, reacciona al instante golpeándole hasta la muerte.

Sin embargo sus problemas no terminan con el asesinato de los hombres que la atemorizan. Carol rechaza visceralmente todo lo que tenga que ver con su sexualidad. Se niega el permiso para indagar y experimentarla. Huyendo de ella huye de sí misma y cuando se queda sola durante días en su casa, estallan las grietas durante tanto tiempo camufladas: su mente termina de resquebrajarse como ese conejo en descomposición que la acompaña, fuera ya de la nevera.

En esta elegante y perturbadora película en blanco y negro de Polanski vemos a Carol siempre iluminada por una luz muy blanca,  tan fría como su castidad, tan gélida como su cuerpo inerte.


El comportamiento del personaje interpretado por Catherine Deneuve es solo un poco distinto a los del resto de las protagonistas de Repulsión (1965). Y también al de varios de los personajes femeninos de Polanski que recuerdo en este momento (Ángeles caídos, El cuchillo en el agua, Chinatown, El escritor…). Esos personajes no hacen su destino, lo delegan en los hombres con los que se emparejan y comparten un mismo horizonte: cazar a su hombre y no perderlo.

En “Repulsión” la hermana de Carol tiene a su hombre aunque él esté casado con otra mujer. Su esposa tiene un marido (el amante de la hermana de Carol) y se aferra a él como a una presa. La compañera de trabajo de Carol tiene a su novio. Ese del que piensa que es “un cerdo” (“creí que éste era diferente”) pero con el que se reconcilia dos días más tarde. Carol Ledoux no es sin embargo una mujer dominada por la seducción; no se permite serlo. Sin embargo tampoco hace su destino puesto que el rechazo de su sexualidad la lleva a perder el juicio y solo el delirio termina haciéndose cargo de él.

Una vez más queda claro que a Polanski no le gustan demasiado las mujeres que toman sus propias decisiones. No lo entiendo, la verdad. Reading is sexy and... deciding also, no doubt. Pero, claro, al menos en esta época a Polanski le tentaban más las adolescentes, esas mujeres sin destino y de comportamiento hormonal  que no suelen tomar decisiones...

(5 sept 2015)


Socióloga Nómada

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