viernes, 10 de noviembre de 2017

"The Getaway": Con una pequeña ayuda de mi pareja

Sam Peckinpah nos sumerge en una historia sobre La Huida de una pareja a través de la basura que los intenta engullir.

En este caso, Peckinpah parte de una novela policíaca, la homónima La huida de 1958 de Jim Thomson, retorcido e interesante escritor de novela negra que años después trabajaría como guionista para Kubrick en Atraco perfecto y Senderos de gloria. Su obra está llena de perdedores, aprovechados y psicópatas, un universo del que podemos disfrutar en esta película.

Peckinpah, en plena efervescencia de su carrera, aprovecha el material para hacer una película de persecución, una road movie llena de personajes cargados de mala idea que hacen la vida imposible a una pareja que se ve obligada a cometer un atraco para que nuestro protagonista Doc Mcoy (Steve MacQueen) pueda salir de la cárcel… Ya desde las primeras imágenes y gracias al sonido chirriante de los telares del presidio nos metemos en el agujero en el que McCoy se hunde. Telares, ruido y una minúscula celda que hace que el protagonista pida ayuda a su mujer Carol (Ali MacGraw). El director nos muestra como la excelente Ali ni corta ni perezosa hablá con lo que parece un poderoso tejano para ayudar su marido. ¿Qué quiere decir Doc con “Haré lo que quiera”? ¿Incluye eso que su mujer se acueste con el tejano? Eso da a entender Peckinpah con una música romántica rallando en el horterismo pero que nos deja claro que ha habido tema. Llama la atención de esa escena lo dispuesta que está Carol, a la que no se le ve duda alguna.

Doc sale de la cárcel y la mujer le hace esperar un buen rato, quizás para que nos preguntemos si ha habido traición además de sexo? El encuentro con su mujer es un momento bastante delicado (sexo no, violencia sí) hecho con un plano fijo de espaldas de la pareja, después de un curioso flash forward, en el que el futuro parece un pasado feliz.


Pero la pareja no solo tiene que pagar con el cuerpo de la mujer sino que además tienen la misión de atracar un banco, cosa de la que Doc parece ser un especialista. Las cosas salen mal, evidentemente, y la culpa, como no, es de los socios que les asignan a la pareja , unos tipos realmente desagradables.

Un estupendo Al Letieri (el Sollozzo de El Padrino), Rudy Butler en la película, es el encargado de perseguir a Doc y a su mujer por todo el país; el móvil no está claro, pero da la oportunidad a Sam de mostrarnos la maldad del hombre en forma de deslealtad y traición, encarnada en la mujer del veterinario Fran (Sally Struthers) que nuestro amigo Rudy secuestra junto a su marido y que cambia encantada de pareja dedicándose en cuanto tiene oportunidad a humillar a su marido, hasta que este se suicida. Parece sacado de un cuento de Bukowski.

Los protagonistas huyen y en un momento dado deben esconderse en un cubo de basura que acaba en un camión que prácticamente los engulle. Cuando salen de la basura hay reproches de Doc que duda de la lealtad de su mujer y Carol le pregunta si hubiera hecho lo mismo por ella.

Finalmente la pareja logra huir a México, no sin antes fulminar a los malos con los correspondientes slow motions propios del Peckinpah de la época.

Manuel Leonard

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