Al otro lado de la frontera los
forajidos son considerados héroes, la frontera limpia el honor y los crímenes,
Pike, Dutch, Ángel y el resto de la banda son los héroes de los campesinos y a
ellos confían su suerte.
No aparece ningún papel femenino
destacable, la mujer sólo puede ser puta o madre y en ocasiones las dos cosas,
pero siempre en un segndo lugar, marcando el trágico destino de los personajes
sin apenas pretenderlo; en muchos planos fijos es la atracción de la cámara que
busca enfatizar la pobreza mas desgarradora y en ocasiones busca la ternura,
con escenas en que los niños quitan el protagonismo a los mayores; aparecen
además una multitud de personajes anónimos que ayudan a componer una socidad
que vive en la miseria, comparándola con la opulencia y la modernidad en la que
viven los militares que los esclavizan y protituyen.
El director hace un retrato
completo de la sociedad mejicana con sus luces y sus sombras ayudado por una
banda sonora elegida con mucho acierto para la ocasión, que enfatiza la
tristeza o la alegría según lo requiere el desarrollo del guión. Se puede
destacar la habanera la golondrina despidiendo a los héroes.
La exaltación de la amistad y la
lealtad, temas recurrentes de Pekinpah, en esta ocasión también son elegidas
como gran final que arrasan con todos los personajes. Why not? (¿por qué no?)
La frase repetida una y otra vez, empuja a la banda a salir a la arena como los
gladiadores después de haber disfrutado de los placeres carnales, y en la arena
sólo puede quedar uno.
Los cadáveres serán despedazados
por los buitres y los cazarecompensas que trabajan en equipo. Y como colofón y
redondeando una película tan aplaudida por sus acierto, premio para el forajido arrepentido y colaborador, aunque
sea a la fuerza: su libertad. La ley siempre gana.
María José Rojo
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