"Alarma en el expreso" comienza en tono de comedia,
en un frío país imaginario situado en Europa, Bandrika, con su propio idioma y
sus propias costumbres. Un grupo de viajeros ha quedado aislado por el mal
tiempo en un pequeño hotel con escasez de habitaciones. Allí se dan los
primeros encuentros entre los personajes, divertidas escenas de contraste
cultural, malos entendidos, situaciones comprometidas y el primer asesinato.
Al día siguiente nuestros personajes suben al
tren que será otro de los protagonistas de la película. Comienza así la
peripecia de la protagonista, una joven americana que disfruta de sus últimos
días de soltera y que ya no espera ninguna aventura en su vida. La trama gira
en torno a la desaparición de una vieja dama, a la que la joven americana busca
por todo el tren, con una desesperación que va en aumento ya que nadie parece
haberla visto, sólo ella. Así que primero tiene que demostrar su existencia y
después encontrarla.
La película está muy bien resuelta, es
complejo mezclar la comedia con el suspense, en un argumento que se va
desarrollando en el escenario limitado de un tren pero con múltiples personajes,
a veces algo caricaturizados, que se ven involucrados en la trama de una u otra
manera y generando todo tipo de situaciones.
Aparecen los aspectos psicológicos tan
utilizados por Hitchcock. Se pueden encontrar bastantes referencias al
psicoanálisis, pero lo más evidente se centra en las teorías del doctor, que
trata de dar explicaciones de lo más variadas a la fijación de la protagonista
por encontrar a su reciente amiga desaparecida.
El director trata de mantener una coherencia
de las posiciones de cada uno de sus personajes, sin embargo las motivaciones
éticas y las decisiones de algunos de ellos pueden resultan algo confusos para
el espectador que puede plantearse el porqué de esos comportamientos. Esto es
algo habitual en Hitchcock, al que no le preocupaba demasiado que hubiera algún
aspecto poco coherente siempre que funcionara para la trama, pero en esta
película se hace más evidente y sucede más a menudo que otras del director.
Sólo pondré un ejemplo para no desvelar la trama que es el extraño hecho de que
se pueda llegar a Inglaterra por tren.
Surge la duda, dado que la película es de
1938, de si existe algún mensaje político a puertas de la II Guerra Mundial. El
panfleto no es tan explícito como el de “Náufragos”, pero sí que se vislumbra
una crítica moral. ¿Por qué nadie hace lo correcto? Sólo la protagonista del
filme trata por todos los medios de encontrar a la persona desaparecida. El
resto de viajeros adoptan posturas poco éticas, la mayoría por intereses
particulares. También en relación con el ambiente de preguerra, podemos observar
cómo se valora el nacionalismo, la duda de los que tienen que elegir entre lo
que es y no es correcto y el valor de la no rendición.
En definitiva es una película que, como
muchas del director, se pueden disfrutar tanto hoy en día como entonces, ya que
mantiene la frescura a través de todas las peripecias que sufren los
personajes, la tensión y el misterio propios del genial director inglés.
María
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