viernes, 11 de diciembre de 2015

Una no-crítica de "Mulholand Dr.": Emoción y razón

Me es imposible escribir una crítica sobre esta película, pues tras verla, me ha creado un estado de enfado que me impide valorar la propuesta de Lynch. Pero quiero explicar-me/os la causa de este mosqueo. Por ello no hablaré del film, sino de mi apreciación. Por ello va en primera persona y por ello es una no-crítica.


La vi en dos partes, igual que vosotros. Y la primera parte, la que podemos llamar la del sueño, me tenía completamente enganchado. Ansiaba continuar viéndola. Me emocionaba cómo Lynch me llevaba por su universo, me tenía en sus manos y a donde iba él, yo le seguía sin preguntarme nada. Me había producido un enganche emocional y simplemente me dedicaba a gozar de las actuaciones, flipaba con la cámara llevándome por las diferentes escenas, la música intrigante me acentuaba la sensación de irresponsable pero necesaria aventura… En fin, sentía muy profundamente una identificación con los personajes y su búsqueda. Y no tenía ningún interrogante racional sobre aparentes contradicciones de los personajes (cómo una persona tan modosita puede ser un animal de escenario de semejante calibre, sin ser consciente de su tremenda calidad, y que parece además salida esta cualidad de la nada. O porqué surge esa relación lesbiana entre las 2 protagonistas, sin haber previamente nada que nos llevara a anteceder esta pulsión) Simplemente estaba desarmado y cautivado ante la propuesta de Lynch. Emocionalmente estaba enganchado y cualquier cosa que sucediera allí estaba yo dispuesto a seguirla.

Pero, ¡maldición!, A Rita se le ocurre abrir la caja azul con su llave y lo que constituía el climax de la primera parte, con un fundido a negro e introduciéndonos la cámara en el interior de la caja, lo que sucede, sin embargo, es el final de la relación que tenía, yo como espectador, con la cinta. Lynch nos saca del plano del sueño y nos mete en el de la sucia realidad. ¿No estaba yo tan atrapado por las redes del director, no acabo de escribir que le seguiría a cualquier lado? Entonces, por qué me quedé en esta parte final tan fuera del filme, incluso que me quedé dormido las 2 veces que he intentado terminarla? Ni tan siquiera he sido capaz de volver una tercera vez a enfrentarme al final, para al menos poder opinar sobre la película. Pero es que estoy mosqueado con Lynch. Me ha engañado.

Y me explico. Tras abrir la llave la caja, mi relación con el film cambió radicalmente. Pasó de lo emocional a lo racional. He dejado de sentir y mi ansia es conocer qué ha pasado, encajar las piezas para dar una interpretación ¡racional! He ido al filmafinity para entender qué carajo ha pasado en ese tornado de grado 5 que supone el final de la película. Además, ¿dónde ha quedado mi

Betty con su tremenda capacidad de transformación en escena? ¿hasta dónde está Betty dispuesta a llegar en su loca aventura por descubrir, sin parapeto alguno, únicamente con su carga de bondad, cuál es la historia de Rita? Lynch no solamente ha subvertido el acontecer del film, ha dejado colgado la propuesta desarrollada, sino que ha cambiado la red tendida al espectador, y nos ha llevado del plano emocional al intelectual. Tras ver la película, mi única preocupación era encajar las piezas del puzzle, dar una respuesta racional. Y sin embargo, lo que me iba cautivando era la emoción. Esta ruptura de enfoque es lo me ha sacado del film.

Claro que un director tiene libertad para elegir y proponer el juego que plantea al espectador. Por supuesto. En eso consiste la potencia del arte. Pero una vez que ha establecido las normas de su creación, él debe ser el primer esclavo de su obra.

Sé, que una vez transcurrido el tiempo necesario para suavizar mi cabreo, volveré a ver Mulholland Dr. Lo necesito. Y sé que será capaz de apreciar la propuesta de Lynch. Porque muy probablemente sí que haya una unidad en las reglas del juego que establece en su creación. Si hay una dicotomía entre el plano del sueño, de la idealidad, frente a la sucia realidad, es muy lógico que el lenguaje sea tan diferente. Pero es que es la primera película que he visto de él. Quizá con alguna clave previa al visionado hubiera podido disfrutarla hasta el final. Desde luego que ahora la tengo, y en cuanto consiga verla, quizá escriba mi sí-crónica sobre Mulholland Dr.

Gonzalo

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