lunes, 14 de diciembre de 2015

"Mulholland Drive": Desconexión onírica

Mulholland Drive, película que sigue las líneas del cine de David Lynch llevándonos a un desconcierto no sólo durante toda la película sino también en el final.

Es evidente que se divide en dos partes claramente diferenciadas, a partir de la apertura de la caja azul. En ese momento todos los roles de los personajes cambian y con ello también la cierta relación que los unía. Esta sensación nos ha ocurrido a todos en alguna ocasión durante los sueños, donde personas que conocemos de diferentes ambientes se interrelacionan en lugares inusuales.


Por lo que la pregunta ahora es: ¿qué parte es sueño?

Yo apuesto por la primera. Creo que durante más de la hora y media inicial LYnch nos presenta y nos engancha a una historia que está sólo en la mente de la protagonista, con la apertura de la caja azul nos desconecta de ese mundo onírico para presentarnos la cruda realidad. Según mi teoría existe una relación amorosa entre ambas protagonistas (clara en ambas partes) pero es en la segunda donde esa relación se rompe a causa de un famoso director con el que formaliza una relación sentimental “La morena”. Los celos de “La rubia” acaban por volverla loca, no sólo porque el director le haya arrebatado a su amante sino porque ésta ha sido capaz de conseguir todos los papeles como actriz que ella persigue. Esta serie de acontecimientos desencadenan en un fatal final, contratando a unos matones para que asesinen a su antigua amante. Tras ello cae en un cierto arrepentimiento y sueña con una vida que le hubiera gustado tener, por ejemplo esa complicidad que existe entre las dos y donde al famoso director le ocurren todo tipo de desgracias inexplicables y con total falta de lógica en algunas ocasiones. Finalmente se suicida.

Laura Monteagudo

No hay comentarios:

Publicar un comentario