lunes, 12 de octubre de 2015

"El quimérico inquilino": Roman Polanski presenta

Y el gran director tuvo una genial idea. Tan convencido estaba que asumió él mismo el papel protagonista, hasta ahí llegaba su implicación. Hay que decir que no es mal actor, pero habría que pensar en el significado psicoanalítico que hay detrás de ponerse en la piel de un hombre extremadamente educado, tan brutalmente presionado por la sociedad que le rodea que acaba arrojándose por una ventana vestido de mujer.

Como en Rosemary's baby nace la angustia dentro de las paredes de un apartamento, paredes extrañas de donde salen hasta dientes. La angustia de un joven frente a sus viejos vecinos que tienen un punto estrafalario. Uno no puede sino preguntarse qué clase de problemas tuvo Polanski con la comunidad de su edificio.


Como en otras películas del director, algunos detalles parecen apuntar a la influencia de Hitchcock. Aparece un protagonista del perfil de Norman Bates, que acabará transformado en mujer, pero no para matar sino para morir. Pero lo que el el director de Psicosis hubiera despachado en un capítulo de su serie televisiva Alfred Hitchcock Presenta, Polanski lo convierte en una película de más de dos horas de la que sobra algo de metraje y que se hace pesada una vez pasada la primera mitad.

Un director se vuelve cargante cuando no sólo aspira a contar una historia, sino su gran historia, con una carga de profundidad que él piensa que elevará su obra a la gloria, pero que puede sumirla en el olvido.

María de la Cruz

No hay comentarios:

Publicar un comentario